lunes, 24 de enero de 2011

AL VALLE Y DESPUES CARACAS

Tres meses después de corrida la Doble Sarmiento, los días 26 y 27 de junio de 1948, el Turismo de Carretera autóctono corrió la primera edición de la “Vuelta al Valle del Chubut”, utilizando por primera vez el circuito que partiendo de Trelew, transitaba por Rawson, Puerto Madryn, Gaiman y retorno a Trelew.
La primera etapa partió desde Trelew y tras dar una vuelta y media al circuito, terminó en Puerto Madryn y la segunda, también sobre un giro y medio, se inició en Madryn y culminó en Trelew.
Vale la pena recordar a los veinte hombres que largaron esta prueba y nada mejor que hacerlo en el orden en que partieron, a intervalos de un minuto: Dante Violi, Tito Alcaraz, Diego Rodríguez, Pedro Sancha, Pepe Ruso, el marplatense Javier Roldán, Antonio Cadeo, Andres Sancha, Francisco Pérez Aguirre, Eusebio Ilhero, Gustavo Binder, José Muñiz, Antonio Trevisan, González Gallastegui, Luján Tolosa, Asíscolo Ventura, Víctor Sosa Daponte, Rocío Ortiz, Pedro Corradi y Juan Arcas.

Gustavo Binder y su Ford saltando a la salida del puente
Endrek, en Trelew. Fue en la Vuelta al Valle de 1948.
(Foto:  Revista Argentina Austral)
Al término del primer tramo, mandaba Roldán, seguido por Pedro Sancha, Andres Sancha, Binder, Corradi, Trevisán, Violi, Rodríguez, Ortiz, Alcaraz y Tolosa, cerrando el lote de clasificados.
La segunda etapa marcó el abandono de Pedro Sancha y el retraso de su hermano Andres, lo cual permitió el ascenso de Corradi y Binder a los puestos del podio, detrás del repetido ganador, el marplatense Javier Roldán. Completaron el listado de pilotos que vieron la bandera a cuadros, Trevisán, Violi y Alcaraz.
La clasificación general de la prueba, organizada por el Automóvil Club Argentino de Trelew, fue para Javier Roldán, quien empleó un tiempo de 4h12m36s, seguido por el trelewense Pedro Corradi a 5m47s, Gustavo Binder a 8m10s, Antonio Trevisán a 9m10s, Dante Violi a 9m32s, Tito Alcaraz a 19m16s, Andres Sancha a 44m52s, Lujan Tolosa a 45m29s y el doctor González Gallastegui a 1h01m59s.

José Muñiz y Gabino García, los hombres de Río Gallegos, poco antes
de largar la Buenos Aires-Caracas de 1948.
(Foto:  Revista Argentina Austral)

Luego, la primavera de 1948 marcó un receso casi obligado, porque el automovilismo nacional ponía en marcha el mas fantástico desafío que haya encarado jamás: el Gran Premio de la América del Sur, que unió, en diecinueve etapas, Buenos Aires con Caracas, a través de 9.693 kilómetros y luego Lima con Buenos Aires, sumando otros 4.863 kilómetros de carrera, empleando para ello, desde el 20 de octubre hasta el 8 de diciembre de aquel año.
Una interminable fila de 141 autos se alineó sobre la avenida del Libertador, en Buenos Aires, para iniciar la carrera y entre ellos, sobre la máquina número 39, dos almas patagónicas llenas de ilusión: José Muñiz al volante y a su lado Gabino García, sobre un Ford de la lejana Río Gallegos.

Javier Roldán, el ganador de la primera edición de la Vuelta
al Valle, aqui cruzando el puente Endrek
(Foto: Revista Argentina Austral)
A las cero horas de aquel 20 de octubre, la bandera argentina cayó sobre el capó del Chevrolet número 1, conducido por Juan Manuel Fangio, poniendo en marcha la fantástica competencia, cuyo primer objetivo era Salta, a 1.692 kilómetros de distancia.
Seis minutos y cincuenta segundos después del “Chueco”, iniciaba la marcha José Muñiz, que al final del tramo se ubicaba en el 90° lugar.
Pero los patagónicos no irían mucho más allá. En la segunda etapa, a la altura de Altos de Teyera, en territorio boliviano, el negro Ford se salió del intrincado camino montañoso y fue a dar a un barranco. La carrera había terminado para Muñiz y García. Al menos, esta parte de la competencia, que dominó en todo su recorrido Oscar Alfredo Galvez hasta casi la bandera a cuadros cuando su motor dijo basta y el triunfo correspondió a Domingo Marimón, que aquel día acuño la inocente pero irrefutable sentencia: “Carreras son carreras”.

Los reglamentos eran muy amplios, por eso, vehículos como el de la foto
podían correr junto a las clasicas cupecitas.
(Foto:  Revista Argentina Austral)
Aquel Gran Premio daba revancha muy pronto, con la disputa de la segunda parte, entre Lima y Buenos Aires.
Y allí estuvo otra vez Muñiz, el 2 de diciembre de aquel año 1948, iniciando la carrera desde el 29° lugar. Desde Lima hasta Arica, 1.400 kilómetros de marcha y dos días después de Arica hasta Antofagasta la segunda etapa. Fue la etapa del drama, cuando un absurdo accidente apagó la vida del uruguayo Héctor Supicci Sedes enlutando una carrera que hasta allí tenía adelante a Oscar Gálvez y a Muñiz ubicado en el 23° lugar.

Pedro Sancha corriendo por el camino que iba de Trelew a Madryn.
Observe la intensidad del viento que hacía que la tierra corra
delante del auto.
(Foto:  Revista Argentina Austral)
Tres etapas más. De Antofagasta a La Serena, una; de La Serena a Santiago otra y de Mendoza a Buenos Aires la última. Triunfo categórico de Oscar, tomándose revancha de la ida a Caracas y un gran trabajo de Muñiz que no solo le permitió llegar al final de los casi cinco mil kilómetros de recorrido, sino hacerlo en un destacadísimo undécimo lugar que fue una satisfacción y le valió un recibimiento triunfal a su regreso a la capital de Santa Cruz.

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