lunes, 24 de enero de 2011

LA TRAGEDIA

El año 1968 fue positivo para el automovilismo de la región, particularmente porque la semilla de la integración entre Chubut y Santa Cruz comenzó a germinar y a abrir una puerta de esperanza y de futuro crecimiento para la actividad automovilística patagónica.
Todo arrancó el 10 de marzo en Puerto Madryn, con una carrera de Ford T que el Club Ferrocarril Patagónico organizó en el circuito Las Piedras y en la que ganó Oscar Ebene, seguido por Audelino Valdez, “Casualidad”, José Taso y Pocho Alcaraz.
Unos días después, el 31 de marzo, las categorías 850cc, más de 1600cc y Camionetas, se presentaron en Trelew, bajo la organización de la Asociación de Volantes Mar y Valle.
En la categoría menor fue victoria de Oscar Zhan, con un Gordini, a 79,940 km/h, seguido por “Tunquelen”, “Pata Pata” y Clemente Ruppel.
Entre los autos mas grandes del Turismo, aquel notable corredor de Trelew que fue Rubén Calle, mas conocido por su seudónimo de “Metaplomo”, le ganó a José Manuel, Oscar Ebene y Héctor Abait, corriendo a 90,299 km/h.
En las camionetas, todo quedó para Mario Piedrabuena quien a un promedio de 89,385 km/h dejó atrás a Mario Velazco, Hugo Bladilo, “El Ropero”, Américo Alvarez y “Viruta”.
Dos semanas después, el Turismo hasta 1600cc corrió en el circuito municipal de Río Gallegos y hasta allá fue el “Patón” Salas con su Fiat 1500 para terminar en el cuarto lugar de una carrera que ganó el local Oscar Hawkins.
Cuando el otoño del 68 comenzaba a ceder su lugar al frío invierno, el Auto Moto Club Comodoro Rivadavia convocó a las camionetas y a los compactos nacionales para una carrera a disputarse el 2 de junio en el circuito de tierra en el que se giraba al revés del actual.
Nada hacía predecir que aquella tarde gris se convertiría en negra cuando las camionetas salieron pista. De entrada, el Beto Rodríguez tomó la punta y mostró sus intenciones de quedarse con la carrera. Tras él, el resto, peleando cada centímetro de circuito por un lugar. Velazco, Peluso, Fara, Iparraguirre, Vukasavic, Botel...y entre todos ellos el sarmientino José Rodríguez.
De pronto la tragedia. El hombre de la ciudad de los lagos que pierde el control de su camioneta en la zona en bajada próxima a lo que hoy es la “curva de Mottino” y el vehículo, descontrolado se va fuera del circuito, despega del piso, vuela por el aire y se clava de punta, dando varios tumbos.
Corridas, desesperación y apuros para trasladar al herido hasta el Hospital Regional, pero todo es inútil, pocas horas después, cuando en el autódromo todavía la actividad no había finalizado, José Rodríguez dejó de existir y se convirtió en la primer víctima fatal del automovilismo en el General San Martín.
Entretanto, desconocedores del desenlace fatal, los hombres del volante continuaban con su programación.
Poco importó después el triunfo del Beto Rodríguez en las camionetas, seguido por Miguel Vukasavic, Gilberto Peluso, Mario Velazco, Jorge Fara, Juan Iparraguirre y Eduardo Botel o el de Willy Kank en los compactos, delante de Héctor Costilla, Mario Vernetti, Manuel Cavaco y “El Yagua”.
Un mes después, el 7 de Julio, la actividad automovilística se trasladó a Trelew. Benito Calvo ganó en 850cc y Mario Velazco en camionetas, donde el tano Vicente Giannotta alcanzó a subir al podio en el tercer lugar.
Entre los compactos nacionales, fue un gran triunfo de Manuel Cavaco, con el Chevrolet 400, ganándole al Torino del seudónimo “Cachivache”, al Peugeot 404 del tresarroyense Carlos Peurrevbix y al Valiant de “Martín Fierro”.
Sobre el final del mes de julio, ese gran “bon vivant” que fue Willy Kank, decidió ir a Bahía Blanca a participar de una carrera del Turismo Anexo J válida por el campeonato argentino, que reunió a la flor y nata del automovilismo del país. Lo del comodorense fue sencillamente espectacular al llevar su Torino hasta el segundo lugar final en la clase “D”, detrás del experimentado Alberto Rodríguez Larreta ,“Larry”.
Todavía en pleno invierno, el 17 de agosto, el autódromo General San Martín recibió a la categoría 850cc e improvisó un pequeño circuito para el retorno del karting, que llevaba varios años sin actividad.
En los chiquititos, ganó un hombre de Pico Truncado que algunos años después tendría relevancia en el automovilismo mayor: Juan Kissner, seguido por “Nube Gris”, Dionisio Illa e Isidro Alí.
En los 850cc, tras un atrayente duelo con Mottino, que promediando la carrera comenzó a retrasarse por algún problema mecánico, ganó Cesar Algarra con 8s2/5 de ventaja sobre “El Chaparral”, 57s sobre Mario Vernetti y 1m02s sobre el flaco Mottino.
La primavera comenzaba a entibiar el ambiente cuando el Auto Moto Club Comodoro Rivadavia lanzó un desafío novedoso: una carrera de largo aliento, con dos pilotos por auto. Un desafío interesante que llevó el nombre de “4 hs Naftas Astra”.
Fue una interesante carrera que arrancó a la una de la tarde convocando buena cantidad de público y un buen número de binomios.
A los 10 minutos de carrera, la punta la manejaba el Beto Rodríguez, que hacia pareja con Héctor Costilla, a bordo de un Fiat 1500, seguido por Osvaldo Flores, que corría con su hermano Oscar y por Julio Guerreiro, en dupla con Daporta.
Al cumplirse la primera hora de competencia, Rodríguez se detiene en boxes para el recambio de piloto y Flores aprovecha para tomar la punta, seguido por Guerreiro.
Sin embargo, cuando estos debieron detenerse, Héctor Costilla recuperó el liderazgo que consolidó a la hora y quince minutos de carrera cuando Oscar Flores, con el motor herido entró a boxes para no retornar a la carrera.
A la hora y media de marcha el que abandona la competencia es Julio Guerreiro por la rotura de una punta de eje en la zona del curvón, dejando segundo a Carlos Fernandez, que compartía el auto con Milan Lahuta.
Es precisamente Fernandez quien toma la delantera a las dos horas de carrera, cuando Costilla ingresa a boxes para entregar la máquina a Rodríguez, pero esta alegría les dura muy poco, porque diez minutos después el Beto recupera el liderazgo.
Cuando la carrera andaba por las tres horas y los pilotos ya habían recorrido sesenta vueltas al circuito, lideraban Costilla-Rodríguez con 34 segundos de ventaja sobre Fernandez-Lahuta , 2m 59s sobre Celentano-“HP” y 3m59s sobre Juan Carlos Pereyra-Serapio Fernandez.
Carlos Fernandez y Milan Lahuta, sin dudas, estaban dispuestos a dar batalla hasta el final, tanto es así que al cumplirse noventa vueltas, cuando las cuatro horas se aproximaban a su fin, se colocaban a apenas 4s de los punteros, calentando la carrera y creando incertidumbre sobre el resultado final. Sin embargo, sobre el final, inconvenientes mecánicos los retrasarían, dejando la victoria en manos de los hombres del Fiat 1500.
Aquellas “4hs Naftas Astra” fueron ganadas por Héctor Costilla y el Beto Rodríguez, tras 113 vueltas de carrera, con tres giros de ventaja sobre el Peugeot 404 de Mario Celentano y "“HP" y el Fiat 1500 de Serapio Fernandez y Juan Carlos Pereira, que terminaron terceros. Mas atrás, a once vueltas, terminaron la señora Encarnación de Costilla con “Coto”, con Fiat; a 12 vueltas Carlos Fernandez con Milan Lahuta con Peugeot; Severino Cuesta- Fernandez con un Cisitalia a 15 vueltas y Hugo Vecino con Juan José Kank, a bordo de un Fiat 600 a 22 vueltas de los ganadores.
Con las manos vacías se fueron Calderon-Heuchert, Boga-Paterson, González “Matraca” y Fabre-“NN”, que no lograron llegar al final.
El 17 de noviembre, en Trelew, Cesar Algarra volvió a ganar en 850cc, Rubén Calle doblego a Nino Violi en 1600cc, donde abandonó el Corcho Kank y Jorge Fara, corriendo a 87,170 km/h venció a Vicente Giannotta que terminó segundo en camionetas.
En la carrera de fondo, reservada a los compactos nacionales, Osvaldo Flores apabulló con el Torino y se trajo la victoria, dejando segundo a “Firulete”, tercero a José Manuel, cuarto a Santos Muniain, que ya corría con Torino, quinto a Nino Violi, sexto al Chevrolet 400 de Manuel Cavaco y séptimo a “El Vasco”.
En el mes de diciembre, el año se cerró en Santa Cruz, con una carrera corrida en Río Gallegos, el día 15 y otra en Puerto Deseado el 22.
En la ciudad capital, todo fue del local Edgardo Thevenon con un Falcon que dejó atrás al veterano José Muñiz, con un auto similar, a Vicente Edreira, con Torino; a Osvaldo Flores, con otro Toro; a Tim Lorenzo y al comodorense Willy Kank, que ese día estrenó una Chevy.
En Puerto Deseado, Willy ganó pero con el Torino a 115,328 km/h, seguido a 57s por Juan Iparraguirre, con un Chevrolet 400 y luego Roberto Mazitelli y Santos Muniain, ambos con Torino.
El año 1968 había terminado, con importantes indicios de recuperación para el automovilismo regional. Al año siguiente, dos hechos le darían enorme fuerza a la actividad: la creación de la FRAD Patagonia y la inauguración del fantástico autódromo pavimentado en Comodoro Rivadavia.

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