martes, 24 de agosto de 2010

ACUERDOS Y DESACUERDOS

Con muchas dificultades en lo institucional pero con grandes éxitos deportivos, el Hot Rod había superado su primer año de vida y se aprestaba a vivir , en 1973, su segunda temporada.
Sin la presencia de Roberto Barattini, quien había dejado su impronta el primer año, por radicarse en la ciudad de Córdoba, por cuestiones laborales, la categoría inició la temporada el 11 de febrero en el circuito El Faro, bajo la organización de Los Andes.
Tres series y una final compusieron el programa de la primera presentación del año que se inició con drama.
En la tercera vuelta de la primera serie, que no largó Oscar Sambá por problemas mecánicos, sufrió un espectacular vuelco Juan Frcovich, cuyo auto descontrolado se despistó y fue a embestir a una espectadora que debió ser trasladada de urgencia a un sanatorio.
Allí la serie se dio por concluida, con victoria para Marcos Luna, escoltado por Evaristo Guzmán.
Y luego el resto. Juan Kissner ganador cómodo de la segunda serie sobre Lagoa y “El Griego” trabajando mucho para ganarle la tercera al inspirado Daniel Cattó, por apenas 4s.
Finalmente, el momento esperado. Las ocho vueltas decisivas de la final. Con Kissner, Petrinoli y Cattó, largando desde la primera fila.

Otro nombre importante de los primeros años del Hot Rod: Domingo Uzqueda.
Observese como entraba a la viborita del autódromo de Comodoro Rivadavia,
casi doblando con los zócalos
(Fotografía: Diario Crónica)
De entrada, “El Griego” tomó la delantera, seguido por Kissner, Cattó, Esteban Horvat y Enrique Pérez.
Durante la segunda vuelta, Pérez logró quebrar la resistencia de Horvat, al tiempo que Evaristo Guzmán detenía su marcha definitivamente.
Marcos Luna, el ganador de la primera serie no podía mas con sus fierros y abandonaba la carrera.
Mientras tanto, Petrinoli se escapaba en la punta pese al esfuerzo de Kissner que lo seguía y del tercero, Cattó, que a esta altura estaba mas preocupado por el avance de Ricardo Zukas que por lo que sucedía adelante.
En la quinta vuelta se produjo la variante fundamental de la carrera. Una manguera de agua reventada marcó el final para “El Griego” y dejó a Kissner como solitario dueño de la punta. Luego el abandono de Lagoa y en la última vuelta el del Potrillo Vega, con la caja de cambios trabada.
El final encontró vencedor a Juan Kissner, aventajando por 16s al regular Cattó, por 55s a l campeón Zukas y por mas de un minuto a Horvat. Mas atrás, a una vuelta, Domingo Uzqueda y Enrique Pérez.
El mismo día, pero en Río Turbio, Mario Jones corrió la primera edición del Gran Premio del Carbón, que ganó Carlos Lafuente. El galenso, único comodorense que participó, se quedó rumiando bronca al costado del camino antes que termine la carrera.
Un mes después, la fiesta en el autódromo General San Martín. El 18 de marzo un espectáculo nacional con la presencia de los Sport Prototipos. Las grandes figuras del automovilismo nacional en Comodoro Rivadavia.

No tuvo actuaciones destacadas ni una trayectoria prolongada
dentro de la categoría, sin embargo, como tantos otros,
está incorporado a la historia del Hot Rod. Su nombre: Oscar Necoff
En la suma de tiempos de las dos series disputadas, la victoria fue para “Cocho” López, con Mc Laren Ford, pero el dueño del espectáculo, una vez mas, fue Luís Di Palma.
El de Arrecifes se quedó con la primera serie y aunque abandonó en la segunda, marcó una vuelta para el asombro: 1m19s310/1000 a 170,875 km/h. Hubo que esperar mas de treinta años para que ese record fuera superado.
Mientras Comodoro Rivadavia vivía su fiesta nacional, el circuito Cabo Negro, de Punta Arenas, recibía a la categoría 5000cc y veía ganar al local Esteban Capkovic, perseguido por el comodorense Willy Kank, con el Torino y el chileno Goico Maslov, con un Ford.
Apenas iniciado marzo, varios pilotos comodorenses viajaron a Comandante Luís Piedrabuena para correr la primera edición de los “1000 kilómetros” que se corrió los días 4 y 5.
En 850cc la dupla Enrique Lola-Lalo León no pudo repetir lo de otras ocasiones y con muchos problemas terminaron en el 17° lugar de la categoría, donde se impusieron Mario Ojeda con Néstor Castro.
El TN 2000, con una mas nutrida participación comodorense vio ganar a Humberto Fernández con Constante Moreno Preto, a bordo de un Peugeot, seguidos por Manzanares-Feu y Mario Celentano con Raúl Favre, completando el triplete de la marca del león.
Mas atrás se ubicaron Narvarte-Celada, con Fiat; Lafuente-Fuhr, con Fiat; Tresguerres-García, con Peugeot; Aristizabal-Gil, Guillermo Salas con Armando “Bombón” Mercado; Luís Martínez con Percy Pasman; el Muñeco Martínez con el Negro Luque; Susacassa-Serantes; Teddy Riestra con Thevenon y muy retrasados, Carlos Mottino con Mario Jones.

Toda una postal del espectacular Hot Rod del 73.
Ingresando a la viborita del autódromo General San Martín, Mongano-Rojido,
por afuera, aguanta la embestida de Mario Ogas, por la cuerda.
Los toques no escaseaban y los muchachos no se mezquinaban chapa.
Unos días después, el 21 de marzo, a bordo de un Renault 12, dos jóvenes comodorenses largaron desde Viedma la “Vuelta de la Manzana”. Sus nombres: Mario Vernetti y Daniel Cattó. La fortuna no estuvo con ellos y rápidamente quedaron a un costado del camino de la primera etapa, masticando bronca por tanto esfuerzo inútil.
En otro lugar, mientras tanto, otro comodorense llegaba a la victoria. Willy Kank, corriendo en Río Grande, ganó el domingo 25 de febrero la carrera de la clase D (hasta 5000cc) del Turismo Nacional; el mismo día que el valletano Enrique Martínez, con un Fiat 600, ganaba la Doble Camarones, relegando al segundo y tercer lugar a los comodorenses Mario Ogas y Juan Brazao.
El 8 de abril, la Fórmula 4 volvió a Comodoro Rivadavia, renovando las esperanzas de una ciudad. Otra vez Carlos Mottino en la línea de largada con el auto del Club Huergo, metido entre los 29 participantes. Pero este año sin la suerte del anterior. Abandono prematuro en la serie y luego la imposibilidad de largar la final sobre 20 vueltas, que ganó Jorge De Amorrortu.
En el Hot Rod, que con 21 autos en pista fue parte del espectáculo, se repitió la historia de dos meses atrás en El Faro. Todo estaba para “El Griego” pero los fierros se negaron una vez mas y el ganador fue Juan Kissner, de Pico Truncado.
El 6 de mayo, una gran carrera. De esas que quedan en la historia.
Organizada en forma conjunta por el Auto Moto Club, el Club Ingeniero Huergo y el Centro Universitario, se corrieron en el autódromo las “4 hs de Turismo Nacional” para la clase C.

La dupla Vernetti-Moratinos inician la trepada. Atras, persiguiendolos,
aparece el particular auto del tano Vicente Gianotta.
Trece binomios encararon el desafío: con Peugeot 504, Corcho y Willy Kank, Rubén Calle-Ruiz, Gil-Aristizabal, López-Riestra, Favre-Vigarelli, Iturbide-Koller, los autos de la Peña “Luís Piedrabuena” y “Zulema Competición” y Jorge Gorchs-Mario Hawkins. Con Fiat 125, Jorge y Mario Velazco, Celentano-Pereira y Pirilol-Fuhr y dando muchas ventajas, con un modesto Renault 12, los representantes de Km 3, Mario Vernetti-Daniel Cattó.
Apenas iniciada la carrera, en la segunda vuelta, todo se acabó para Pirilol-Fuhr y seis giros después le decían adiós a la carrera Gorchs-Hawkins. Los restantes once equipos alcanzarían la bandera a cuadros.
Al cumplirse la primer hora de carrera y el primer cambio de pilotos, Favre-Vigarelli, a 124,598 km/h, eran punteros, aventajando por una vuelta a Velazco-Velazco y Kank-Kank, por dos vueltas a Celentano-Pereira, Calle-Ruiz y los neuquinos Iturbide-Koller; por tres vueltas a Gil-Aristizabal y el auto de la Peña “Luís Piedrabuena”; por cuatro a Vernetti-Cattó y López-Riestra y por siete giros al auto de la Peña “Zuluma Competición”.
En la segunda hora, con 67 vueltas cumplidas, Favre-Vigarelli aumentaban la ventaja y el ritmo de carrera, llevando el promedio a 126,662 km/h. Detrás de ellos, Kank-Kank; Calle-Ruiz, Velazco-Velazco y Celentano-Pereira.
Como a toda carrera de larga duración, a esta tampoco le podía faltar el suspenso. Vuelta número 72 y el Peugeot de los punteros que aparece fallando y se dirige a boxes. La tensión se traslada a ese lugar. ¿Volvería a salir? ¿Cuánto tiempo estaría detenido? ¿Perdería la punta de la carrera?
No hubo que esperar mucho para saberlo. De repente el Peugeot se puso nuevamente en marcha y con Raúl Favre al volante volvió a pista. Habían perdido la punta pero corrían en la misma vuelta que los nuevos líderes: Corcho y Willy Kank.
Allí empezó otra carrera. Los Kank adelante, tratando de conservar; Favre-Vigarelli atrás, intentando achicar.

Alberto Lagoa doblando con su Mercury 57. No había suspensiones
duras ni neumáticos de competición, pero se aceleraba igual.
Aqui en 1973, transitando la viborita del General San Martín
(Fotografía: Diario Crónica)
Al cumplirse la tercera hora, los Kank, a 122,632 km/h eran punteros, pero a solo 29 segundos acosaban Favre-Vigarelli y mas atrás, expectantes, Los Velazco, Calle-Ruiz y Gil Aristizabal.
¿Podrían los de atrás alcanzar a los de adelante? Por momentos parecía que si, porque las diferencias se acortaban; en otros parecía que no, porque se estabilizaban. Mientras tanto el reloj continuaba corriendo, implacable.
Tres horas y 45 minutos de carrera y Favre que se acerca.
Tres horas y 49 minutos y la diferencia que se achica aun mas.
Tres horas y 52 minutos, rompiendo todos los relojes Favre-Vigarelli se ponían a tiro.
Tres horas y 53 minutos de carrera…
Tanto sacrificio, tanto esfuerzo, tanto acelerador, no sirvieron para nada; un extremo de dirección fatigado cantó el no va mas y a solo siete minutos del final dejó a pie a quienes fueron grandes protagonistas de la carrera.
Al final, tras cuatro horas de marcha y 131 vueltas recorridas, Juan José y Guillermo Kank se quedaron con el triunfo a 122,632 km/h de promedio. Segundos, a tres vueltas de los ganadores, los hermanos Velazco; terceros, a cuatro vueltas, Celentano-Pereira; cuartos, también a cuatro giros, Rubén Calle (Metaplomo)-Ruiz; quintos a nueve vueltas, Gil-Aristizabal; sextos, con la misma cantidad de vueltas, López-Riestra y séptimos, en mas que digna actuación, a 10 vueltas, Vernetti-Cattó, con el Renault 12.
El 10 de junio, desde la ciudad de Pico Truncado, se largó la primera edición de la “Doble Pico Truncado” de Hot Rod. Esta carrera jamás llegaría a completarse y quedaría inconclusa, con una sola etapa disputada.
Programada inicialmente para correrse en un fin de semana, con ida el sábado hacia Truncado y regreso el domingo, la idea original sufrió modificaciones y el “Gran Premio Municipios Patagónicos” se estructuró sobre una primera etapa entre Pico Truncado y Comodoro Rivadavia a correrse el día 6 y la segunda una semana después, en el autódromo General San Martín, sobre un recorrido de 135 kilómetros.
Sin embargo, nuevos desencuentros entre los dirigentes del Club Los Andes y el Círculo de Volantes, arruinaron la función y pusieron al Hot Rod, una vez mas en su corta vida, al borde del colapso.
Sucedió que, mientras Los Andes programó para el 10 y 17 de junio las dos etapas de su carrera, el Círculo anunció para el día 20 de Junio la inauguración del circuito “Beto Rodríguez”, en Rada Tilly, con la presencia del Hot Rod.

Hector Bellido, quien desde los primeros tiempos estuvo
en el Hot Rod, acelera el Fairlane 57 de la Peña Santa Lucia,
sobre el asfalto del autódromo General San Martín
Ante esta circunstancia, Los Andes decidió postergar la disputa de la segunda etapa, pero el diablo se encargó de meter la cola. El crudo invierno del 73, con fuertes nevadas y temporales, obligó a la suspensión de toda actividad.
La segunda etapa de la “Doble Pico Truncado” nunca se corrió y el circuito “Beto Rodríguez” se inauguró recién el 9 de septiembre.
Una vez mas la falta de acuerdo de dirigentes había atentado contra el automovilismo. Con el correr de los años este tipo de cuestiones se convertirían en moneda corriente.
Pero volvamos a la carrera, o mejor dicho, a lo que se corrió de ella.
A las 11 de la mañana de aquel 10 de junio, desde Pico Truncado, inició la carrera el Mercury 57 número 118 de Evaristo Guzmán y tras él, a intervalos de 5 segundos, el 150 de Saturnino Castro, con Mercury 54; el 202 de Luís Carrizo, con Studebaker; 3l 140 de Esteban Horvat, con Chevrolet 54; el 100 de Alberto Lagoa, con el Fairlane 57 del Mc Leod Competición; el 168 de Mario Ogas, con el Mercury 57 de “Don Pipo”; el 162 de Daniel Cattó, con Fairlane 57; el 126 de Domingo Uzqueda, con Fairlane 57; el 176 de Rubén Castro, con el Chevrolet de la Peña “El Chivo Blanco” de Caleta Olivia; el 132 de Jorge Mongano, con el Fairlane 57 de Orlando Rojido; el 160 de Jorge Petrinoli con otro Mercury 57 de Mc Leod Competición; el 182 de Héctor Bellido, con el Fairlane 57 de la Peña Santa Lucía y el 124 de Juan Kissner, con Fairlane 57.
A poco de iniciarse la carrera, entre Pico Truncado y Cañadón Seco, un vuelco espectacular de Domingo Uzqueda le puso un tinte dramático a la prueba, que se convirtió luego en alivio al saberse que tanto el piloto como su acompañante habían resultado ilesos.
Tras una neutralización en Caleta Olivia, a las dos y media de la tarde se reinició la carrera, sin algunos protagonistas del comienzo, cuyos autos había pagado el precio a la exigencia.
Ya no estaban Cattó, Petrinoli, Ogas, Rubén Castro ni Evaristo Guzmán, pero los ocho restantes corrían hacia Comodoro Rivadavia en busca de la gloria.
Y la gloria fue, por tercera vez consecutiva en el año, para Juan Kissner, quien en 47m09s4/10 se quedó con el triunfo, corriendo a 169,247 km/h. A 5m17s se ubicó Saturnino Castro, a 5m42s Alberto Lagoa, a 6m34s Jorge Mongano, a 14m58s Luís Carrizo, a 29m49s Héctor Bellido y a 42m29s Esteban Horvat.

Osvaldo "Cocho" Lopez y el Mc Laren Ford de Sport Prototipos festejando el
triunfo en el autódromo General San Martín de Comodoro Rivadavia en 1973
 
El 5 de agosto, para beneplácito de los amantes de los fierros, salió al aire por primera vez, por la onda de LU 4, el programa “Automovilismo, Turismo y Competición”, que con la conducción de German Salvio, secundado por Beto Oyarzun y Alberto Ormachea, llegaba para cubrir un vacío informativo de la actividad tuerca.
Fue precursor de otros que vendrían después, como “Bandera en Alto”, por donde desfilaron Hugo Washington Jara, Aníbal Micardi, Diego Mena y Juan Mardones; “En Carrera”, conducido por quien esto escribe y por donde pasaron Diego Demarie, Cuni Zabala y Quique Vera; el televisivo y radial “Grilla 9”, que contó entre sus filas a Alberto Seoane, Ricardo Scazzino, Martín Lambretch; el televisivo “Siempre a Fondo” que hacía el inolvidable flaco Néstor Abadie; “Pacecar”, de Cristian Tuckschewitz, con quien colaboraron Jaime González, Marcelo Leske, Marcelo Alfaro, Gustavo Reyes y “Puesta a Punto”, de Hugo Campagnoli con la colaboración del inefable Diego Carrozzi.
Lo cierto es que a Salvio y sus muchachos, información no les faltaría al iniciar su programa, porque ya se trabajaba intensamente en los preparativos para la inauguración del circuito “Beto Rodríguez”.
El 9 de septiembre, el Círculo de Volantes cumplió su sueño del circuito propio. Al pie del cerro, en la zona sur de Rada Tilly, 1.900 metros de tierra se convertían en un nuevo circuito para el Hot Rod.
La categoría mayor, acompañada por los Fiat 600, protagonizaron la inauguración, con la presencia de un invitado especial: Roberto Barattini, quien viajó desde Córdoba para tomar parte de esta prueba en homenaje al piloto desaparecido un año antes.
En los 600, tras la disputa de tres series por suma de tiempos, la victoria fue para el valletano Raúl Liñeiro, escoltado por Juan Brazao.
A su turno, el Hot Rod disputó tres series y una final, con victorias parciales de Alberto Lagoa, Daniel Cattó y Roberto Barattini.
En la final, tras un impresionante arranque de Cattó en la punta, en la tercera vuelta ya estaba adelante Lagoa, superando al piloto de km 3 y a Barattini.
En la vuelta seis, se acabó la carrera para Barattini y el Chevrolet 58 de la Peña Mil Tuercas y el deseadense Adolfo Fazzioli, corriendo el auto de Angel Saleme, trepó al tercer lugar, cuarto, conforme con lo que venía haciendo, Alberto Alegre y su Ford 54.
Pero la emoción estaba reservada para el final. Al tomar la última curva, con la bandera a cuadros a la vista, Lagoa se puso de costado y se fue afuera. Cattó, que venía segundo, embistió con todo, pensando que la carrera podía ser suya. No le alcanzó y el porteño se quedó con una agónica victoria por solo un segundo de diferencia. Tercero fue Fazzioli, cuarto Alegre y quinto Mauricio Saez, mas conocido por “El Yagua”.
Un mes después, el 14 de octubre, Lagoa volvió a ganar, esta vez en El Faro, relegando las aspiraciones de Evaristo Guzmán, Daniel Cattó, Orlando Rojido, Alfredo Fazzioli y Esteban Horvat, quienes terminaron en ese orden.
El 11 de noviembre el Hot Rod inauguró nuevo escenario. Esta vez fue el turno de Sarmiento, que ofreció a la categoría el flamante circuito “Gabriel Abatí”, de 2.100 metros de extensión. Entre las chacras, ganó Cattó, tras una espectacular carrera del potrillo Vega que terminó como escolta a solo tres segundos. Tercero fue Pepe Rodino, cuarto Fazzioli y quinto Evaristo Guzmán.
En el último mes del año, dos carreras. El día 2 en el “Beto Rodríguez”, con triunfos para Mario Ogas, en Fiat 600 y José Rodino, en Hot Rod y una semana después el cierre de una gran temporada automovilística en el autódromo General San Martín, con la presencia de la Mecánica Nacional Fórmula 1, el Hot Rod y los Fiat 600.
Juan Brazao, tomándose revancha de lo sucedido una semana atrás, le ganó la carrera de los mas chiquitos a Mario Ogas, tras un interesante duelo de 10 vueltas. Mas atrás quedaron Ricardo Díaz, Pedro Arranz y Cacho Bustos, que en los años siguientes se convertiría en uno de los mas encumbrados pilotos y preparadores de la categoría. Con mala fortuna, en el puesto 21, un hombre que aun no imaginaba que sería una de las figuras mas importantes del automovilismo regional: Cesar Almazán.
En Hot Rod, la victoria sin sobresaltos, fue para el binomio José Berthe-Eduardo Arroyo, que le ganaron por amplio margen a Alberto Lagoa que debió padecer toda la carrera el asedio de Jorge Wisniesky que subió al podio cumpliendo uno de sus mejores trabajos en el automovilismo.
Pero al porteño la victoria le interesaba poco ese día, porque el segundo lugar le significaba coronar un gran año, con el título de campeón de Hot Rod.
Luis Di Palma y Nestor García Veiga,ambos de Arrecifes,
rumbo a la largada, todavia sin el casco.
Integraban el equipo de Oreste Berta que por esos
años dominaba en la Mecánica Nacional Formula 1.
(Fotografía: Gentileza AMC)
El plato fuerte de la jornada, la Fórmula 1, fue un dominio total del equipo de Oreste Berta, quien se llevó el uno-dos, con Néstor García Veiga ganador y el Loco Di Palma segundo. Casi como protagonistas de otra carrera, se ubicaron luego Marito García, Jorge Omar Del Río, Orlando Sotro y Víctor Hugo Pla. Detenidos en boxes, sin alcanzar el final de la carrera, quedaron los autos de Angel Monguzzi, Osvaldo Bestia, Jorge Ternengo, Rubén Bulla y Jorge Bianchi.

9 de diciembre de 1973. La Formula 1 ya finalizo y la escalera
de la torre de control sirve de improvisado podio
para Luis Di Palma, el Nene Garcia Veiga y Marito Garcia.
Participan de la ceremonia, el presidente del AMC, Julio Guerreiro
y el vicegobernador de la provincia, Arturo Campelo.
(Fotografía: Gentileza AMC)
Mas allá de algunos desencuentros, el año 1973 arrojó un balance altamente positivo en lo deportivo, con nueve presentaciones en distintos circuitos, la consolidación del Hot Rod como categoría comodorense y la aparición de algunos nuevos autos del Turismo Nacional, que sin embargo debería esperar cinco largos años para constituirse en una categoría con vida propia en Comodoro Rivadavia.


3 comentarios:

  1. Excelencia en periodismo deportivo, esto tiene un valor incalculable, te felicito Ricardo, debe tener un gran reconocimiento por parte del Automovilismo de la zona. Un Abrazo.
    HECTOR CARRIZO (padre)

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  2. Que emocion me dio encontrar este blog.
    Tengo ya 46 años y desde niño iba con mi abuelo y mi tio al autodromo del barrio industrial o al del faro,en donde aprendi a manejar en una f100 y luego en una zanella surumpio...
    Conozco a algunos de los pilotos del Comodoro de aquella epoca.
    Saludos desde Lago di Cuomo-Italia,

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  3. Te agradezco el excelente trabajo realizado en esta publicación .Te cuento que tuve la suerte de vivir muy de cerca este proceso del nacimiento del Hot Rod , más precisamente vivía enfrente al Club Los Andes en Km 8 ,en donde se gestaba esta categoría...Domingos por la mañana se congregaban los autos entre el Club Los Andes y la Panadería La espiga de Oro a modo de parque cerrado y de allí al circuito. Entre olor a nafta , aceite quemado y algún picante que no dejaba de acelerar , recuerdo como volcaron un Ford 56 en la esquina de casa ,antes de ir al Circuito. Por ese entonces mi viejo era vanderillero en la curva 3 y como veía que el lugar asignado no era el apropiado (lado ext.de la curva) se corrió al lado interno.Unas vueltas las tarde , pasaba dando tumbos un auto por sobre el lugar que tenía asignado originalmente...Pequeñas anécdotas...asi se fue aprendiendo, asi fue creciendo...Un abrazo.
    Ricardo Pereira (El Portu)

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